Por RAFAEL
MOLINA MORILLO
Guillermo
Moreno no se da por vencido y vuelve con el tema de los “barrilitos” y
“cofrecitos” que descaradamete se embolsillan nuestros senadores y diputados
dizque “para hacer obras sociales”.
Aboga
porque los millones de pesos que cada mes se reparten los legisladores en ambas
cámaras por encima de sus sueldos legales,
que esos dineros les sean retirados y destinados a causas nobles o
proyectos reproductivos bajo la supervisión del Estado.
No se trata
solamente de que la moral y la ética salen maltrechas mes tras mes en la propia
casa donde se hacen las leyes, sino que, como bien señala Moreno, la piñata en
cuestión implica una reiterada violación a la Constitución en varios de sus
artículos, que señalan cuáles son las verdaderas atribuciones del Senado y de
la Cámara de Diputados.
Guillermo
Moreno no está solo cuando clama por la supresión del “barrilito” y el
“cofrecito” en el Presupuesto para 2014 y los años subsiguientes.
Otras
instituciones y muchos ciudadanos particulares, incluyéndonos a nosotros, hemos
reclamado repetidas veces la eliminación de esa ignominia.
Pero los
“honorables representantes del pueblo” permanecen sordos, ciegos y mudos en
medio de los lamentos de sus “representados”.
Cabe aquí
aplicar, mejor que nunca, el refrán que dice: “El que hace la ley, hace la
trampa”.
¡Qué vergüenza! ¡Qué abuso! (Eldia).
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