Este es el
Cadillac que traslada al presidente norteamericano Barack Obama.
Aún con
cuentagotas, el Servicio Secreto ha facilitado algún dato adicional acerca de
la súper limousine que utiliza en sus desplazamientos cotidianos el presidente
de Estados Unidos.
Desarrollado
sobre la estructura de un camión, aunque estéticamente inspirado en el modelo
DTS, el gigantesco Cadillac limousine fabricado por General Motors (GM) para el
traslado del presidente norteamericano Barack Obama es un súper automóvil
acorazado del que, aún con todas las reservas, ahora conocemos algunos datos
adicionales. Se pueden apreciar distintas vistas del automóvil entrando en esta
galería.
Por ejemplo, que el Servico Secreto se involucró plenamente en su
desarrollo (hasta cierto punto cansado de problemas que achacaban a
conversiones precedentes) y que encargó 12 unidades, cada una con un precio
aproximado de 1,5 millones de dólares y un peso de 6.803 kg (miden 5,48 metros
de longitud y 1,78 de altura). Elevadísimo, pero consecuente con una coraza
compuesta por elementos que van desde el acero (de diversas tipologías) al
aluminio, pasando por la cerámica, el kevlar (particularmente resistente a la
munición de asalto y las explosiones de minas, cubre con una placa de 12,7 cm
de espesor los bajos) y el titanio tan habitual del sector aeronáutico.
También se conoce que las únicas ventanillas practicables (y sólo bajan
unos cm) son las del propio presidente, sentado en la parte trasera derecha (y
separado del puesto de conducción por una mampara en un entorno que acomoda a 4
personas) y la del conductor (frente a sí, y en el tablero, con dispositivos de
seguimiento y navegación GPS), o que los vidrios presentan una superficie
superior a la de anteriores modelos presidenciales. Estos tienen un grosor de
12 cm, que son 15 para el parabrisas. Para hacerse a la idea del peso de las
puertas (similar a la de cabina en un Boeing 757), su movimiento está
motorizado.
Pero hay más. Por ejemplo el depósito de gasóleo, de nuevo blindado e
internamente recubierto de una espuma especial que absorbería el combustible de
llegar a ser perforado, para evitar una deflagración.
Sólo 100
km/h
El
habitáculo está completamente sellado y aislado del exterior para, sin ir más
lejos, hacer frente a un ataque con armamento químico. De ahí que el Cadillac
presidencial, que por cierto pronto tendrá su «alter ego» ruso, disponga de
suministro autónomo de oxígeno.
También lleva diversidad de armamento (incluidos gases lacrimógenos y
armas automáticas en el interior de las puertas) y soporte vital con sangre del
propio Obama, por si llegase a necesitar una transfusión. Otras sofisticaciones
pasan por un sistema de visión digital (a base de cámaras térmicas,
perimetrales y nocturnas de vídeovigilancia) que, literalmente, permitiría al
chófer (especialmente adiestrado por la CIA en conducción defensiva) guiar el
vehículo sin la menor visibilidad frontal exterior.
La velocidad máxima, de sólo 100 km/h, puede parecer escasa, pero lo
importante es su gran poder de aceleración, clave si la intención es esquivar
emboscada. Dispone de propulsor 6.5 V8 de 600 CV.
Por cierto, «la bestia» exige un consumo acorde con su apodo: 63,5 l/100
km. GoodYear desarrolló específicamente sus neumáticos, de tipo run-flat o
«antipichazo», capaces de seguir rodando durante km hasta perforados por
metralla o munición.
Sistema antiincendios (instalado en el maltero), botón de «pánico» al
alcance del mandatario... Además de la consabida mesita plegable, Obama tiene a
su alcance un avanzadísimo sistema de navegación por satélite que inlcuye línea
directa con el Pentágono y el vicepresidente, Joe Biden, o bien un sofisticado
tablet con conexión Wi-Fi. (abc.es).
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