lunes, 3 de marzo de 2014

Como cambió el sentido de lo que yo quería decir en la columna de hoy.  En la introducción del texto que salió en el periódico HOY, en la sección Alegria, se lee: “No creo en la coincidencia, creo en la disidencia”. Mas, sin embargo, el texto que le envié dice asi: “No creo en la coincidencia, creo en la diosidencia”. La palabra “diosidencia”, fue cambiada por error del corrector de estilo, por la palabra: “disidencia”.
Si leen el texto completo se van a dar cuenta que no tiene ningun sentido la introducción con el cuerpo del escrito. Ahí, les la columna con la palabra correcta: 



 “Sanguijuela” y “chupamedia”
No creo en la coincidencia, creo en la diosidencia. En día pasado me encontré, caminando en el parque Mirador Sur,  al locutor Gerardo Díaz, “El toro”, creador de la orquesta “Los Toros Band s”, quien fue mánager de “Los Hermanos Rosario” y de la “Artillería”.
El Toro fue el descubridor y que lanzó  a la fama a Héctor Acosta, “El Torito”. Por cosa de la vida, su fortuna se esfumó, y así se esfumaron los amigos, “huyeron hacia la derecha”, como Milquiades.
Le doy de comer a muchos faranduleros, locutores, promotores y disc jockey.
 Cuando él estaba en buena, que tenía dinero y fama, le rondaban muchas personas que, como sanguijuela, buscaban lo suyo. Pero ahora, ni la “caca” de perro le hace el coro.
Los “chupamedias” lo han abandonado. Y qué bueno que haya sido así.

“El Toro” ha pasado por muchas pruebas, entre ellas: dos veces se tuvo al morir, pero como toro al fin, la ha superado todas.
Ahora Gerardo Díaz se cuida más, se le ve más rozagante, dice que no guarda rencor y eso le produce paz. Con entusiasmo habla de su proyecto de bachata. Después de la tormenta viene calma. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario