Papá Dios
Por RAFAEL
MOLINA MORILLO
Director de
El Día.
Papá Dios
no está en el Cielo, como se cree erróneamente. Está en la Tierra, nada más y
nada menos que en la República Dominicana, con sus oficinas en la sede de la
Dirección General de Aduanas, sita en la avenida Abraham Lincoln de esta
capital.
Está por
encima del bien y del mal. Para él no existen barreras, lo que él dice es Ley,
Batuta y Constitución. El Poder Legislativo y el Tribunal Constitucional están
ahí de adorno.
Los
ingenuos que todavía creemos que podríamos salvar la institucionalidad nos
sorprendemos y quedamos estupefactos al leer en la prensa que el señor Director
de Aduanas (digo, Papá Dios) proclama a los cuatro vientos que llegará al
extremo de desacatar o desobedecer por su cuenta cualquier sentencia del
Tribunal Constitucional que sea contraria a lo que él considera correcto.
O sea, que
él está por encima de los criterios jurídicos de dicha Alta Corte, cuyos
jueces, aparentemente, no saben dónde tienen las narices.
Recuérdese
que este mismo funcionario fue quien pretendió derogar una ley del Congreso
mediante una simple resolución suya, cuando quiso ponerle un impuesto a las
compras realizadas por internet.
Roguémosle
a Papá Dios que no siga inventando y que se someta como todos al ordenamiento
social creado por las leyes y consagrado en la Constitución.
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