Sinfónica y
masificación
FELIZ VINICIO LORA
Apena un
adolescente, por primera vez vi actuar a la Orquesta Sinfónica Nacional en el club de mi barrio, y me senté al pie
del pódium del director sinfónico.
Mientras tocaba
la OSN, observé un mucho detenimiento la destreza y agilidad con que esos
maestros acariciaban los instrumentos
musicales, sacándole las mejores notas al violín, viola, la tuba, flauta, el
corno, el arpa, el oboe, el
contrafagot, la percusión y el
contrabajo, para mencionar algunos instrumentos.
De ahí, se
desprende mi afección por la música clásica.
La OSN debe de darse un baño de barrio, debe bajar a
los barrios populares, a los pueblos, mojarse el ruedo del smoking perfumado o ponerse
jean y camiseta.
La OSN debe
de pisar el lodo, así como pisan el fango las orquestas sinfónicas de Venezuela
y de Colombia.
La gente, los
muchachos de barrios también tienen derecho a disfrutar de otras opciones musicales.
La OSN no solo debe de actuar para una elite, para un grupito que se
reúnen en el Teatro Nacional cada cierto tiempo.
Es necesario,
es urgente que la Orquesta Sinfónica se masifique. ¡Que vuelvan las temporadas
populares!.
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