La partida de Mundito
Hay dos días en el año que no se pueden hacer
nada: ayer y mañana.
La muerte de mi amigo Mundito Espinal, el
miércoles 12 de este mes, me dejó un profundo dolor y sentimiento de
culpabilidad, porque no me despedí en vida.
Hace muchos años que Mundito y yo habíamos
desarrollado una gran amistad, que se acentuó después que me dio el derrame.
Hacía mucho tiempo que no lo visitaba o
llamaba, por lo que quería darle una sorpresa en la mañana del lunes 10, al
salir del gimnasio del Club Los Prados, realizándole una visita. La residencia de él y Milagros García queda
300 metros de donde me encontraba. Lo dejé para el martes 11.
Ese martes, luego que salí de realizar
ejercicio, me dirigía hacia la casa de Mundito, pero se me presentó un percance
de último momento, y no fui.
En la mañana de ese miércoles me disponía a
llamarlo, pero no lo llamé.
Por eso, amigos lectores, no dejes para mañana
lo que puedas hacer hoy. Llámalo o visítalo
hoy a esa persona que aprecias.
Mi condolencia a Milagros García, una mujer
extraordinaria, trabajadora, inteligente, fiel
y bella.
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